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Petro: Perdido en el Espacio-Tiempo

Foto del escritor: Jack GoldsteinJack Goldstein



Por Omar Bula

En medio de una grave crisis económica y un aumento desmedido de la criminalidad, el gobierno del presidente de Colombia Gustavo Petro sigue perdido en el espacio-tiempo.


Lo más tragicómico en todo esto es que, mientras que este no duda en evocar a Adolfo Hitler como símbolo del terror en sus discursos sobre el cambio climático y el fin del mundo, tampoco titubea en adherir fielmente al antisemitismo y la incitación al odio racial del siniestro líder Nazi.

El panorama económico del 2023 reveló cifras desalentadoras, marcadas por decrecimiento en el tercer trimestre e indicadores en rojo en casi todos los sectores. La economía cerró con un modesto crecimiento del 1,1%, una de las tasas más bajas en la región.


Las estadísticas del crimen son aterradoras, con un aumento del 72% en secuestros respecto al año anterior y más de 90 masacres.


Además, en un contexto de decreciente calidad de vida para los colombianos, el presidente Petro ha adoptado el estilo de vida de un trotamundos multimillonario.


Desde agosto de 2022, ha pasado más de 100 días fuera del país, realizando más de 700 viajes en poco más de un año de gobierno y generando costos astronómicos que ascienden a varios millones de dólares.


Su reciente periplo por Dubái, con una comitiva de más de 350 personas, evidencia de manera destacada sus excesos habituales.


Inmerso en sus delirios y su visión catastrófica sobre el cambio climático, un tema del cual repentinamente se ha erigido como un gran experto, el presidente ha difundido sus incoherentes diatribas sobre el tema en diversas instancias internacionales.


Recuerdo que después de la Asamblea General de la ONU celebrada el año pasado en Nueva York, hablé con un antiguo colega y le pregunté sobre su participación.


En tono sarcástico, este me dijo: "La verdad, cuando se fue, no sabíamos si habíamos hablado con el presidente de Colombia o con Greta".


Por otro lado, la naturaleza anacrónica de su estruendosa retórica antimperialista y anticapitalista, no solo refleja una era ya olvidada, sino que poco o nada tiene que ver con un mundo que experimenta nuevas realidades geopolíticas; su discurso parece encerrado en una cápsula del tiempo.


Ahora bien, a pesar de que el presidente Petro parece retener con precisión los detalles de su pasado comunista, incluyendo las frases desgastadas del Che Guevara y de Fidel, su visión distorsionada elige pasar por alto los horrores infligidos al pueblo judío bajo uno de los regímenes más brutales y funestos de la historia de la humanidad.


Esas sombras del pasado no logran penetrar su visión distorsionada de las cosas.


Impulsivo y persistente, profiere invectivas disparatadas y mensajes adversos hacia Israel desde su cuenta oficial en la red social X, y mantiene encuentros con figuras polémicas como el músico Roger Waters, antiguo líder de Pink Floyd.


Waters ha enfrentado reiteradas acusaciones de antisemitismo por parte de autoridades de Estados Unidos, Europa e Israel, y hasta sus colaboradores más cercanos señalan instancias específicas de comentarios denigrantes hacia judíos.


Uno de sus actos más repudiados fue el de hacer flotar sobre el público un cerdo con una Estrella de David en un concierto en Bélgica.


Pero eso no es todo.


En su propuesta más reciente, Petro ha tomado como referencia las declaraciones de un rapero en redes sociales para instar a los artistas de Latinoamérica a organizar un concierto en Colombia, como una forma de protesta contra lo que él considera el "genocidio" israelí contra el pueblo palestino.


Lo más tragicómico en todo esto es que, mientras que este no duda en evocar a Adolfo Hitler como símbolo del terror en sus discursos sobre el cambio climático y el fin del mundo, tampoco titubea en adherir fielmente al antisemitismo y la incitación al odio racial del siniestro líder Nazi.


En medio de un conflicto potencialmente explosivo en Oriente Medio, con la mayoría esforzándose por contener sus posibles consecuencias desastrosas, el mandatario colombiano, atrapado en su megalomanía psicótica, no hace más que avivar las llamas y añadirle gravedad a una situación ya sumamente crítica.


Como siempre, te agradezco por tu amable atención.

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