Neolog, o la version húngara del conservatismo
Como parte de los diferentes movimientos que surgieron en el mundo judío a consecuencia de la Haskalá y la Emancipación, encontramos el poco mencionado Neolog (Nueva Ley). Quizás por su afinidad con movimientos Conservadores o Reformistas de América y por ser exclusivo de la Hungría de antes de la Primera Guerra Mundial, el término Neolog no ha sido ampliamente conocido.
Desarrollaron un cambio estético en sinagoga, construyendo verdaderas joyas arquitectónicas y de enormes dimensiones. Ubicaron la bima adelante, como en las iglesias, y la jupa la montaron bajo techo. Mantienen el uso de la kipa, la liturgia tradicional (aunque alternando Hebreo y vernáculo, así como hacemos en Bogotá), el bar-mitzvah (en oposición a la Confirmación, como la que Teodoro Herzl tuvo que celebrar en la privacidad de su casa porque en la gran sinagoga Neolog de la calle Dohany no le aceptaron semejante despropósito). Abolieron la mejitza, incluyeron coros mixtos y el uso del órgano, si bien tocado por un músico gentil.
Constituye la “facción” (término usado por el gobierno magyar) más grande del judaísmo húngaro y representó desde principios del siglo XIX a la nueva clase media y alta urbana, liberal y asimilacionista, que incluso cobijó a los sefaradís de la zona. Pasó de representar en 1880 un 38% de judaísmo húngaro a ser el 62% para cuando se dio la invasión Nazi. Tras concluir la Shoa, conformaban más del 80% (en parte, por efecto del marcado exterminio de la mayoría ortodoxa en la provincia) y son casi la totalidad de los 100.000 judíos en Hungría hoy en día, orgullosos húngaros de fe mosaica (o “israelita”).
Dentro de sus pioneros están Zekarias Frankel, Gabriel Ullman (quien dio el primer sermón en idioma vernáculo), el rabino Aaron Chorin (opuesto a todo tipo de superstición kabalística) y el rabino Leopold Löw quien eventualmente sería fundador del Jewish Teologic Seminar de Estados Unidos (conservative). Influenciados por corrientes del Positivismo Histórico, abandonaron el uso del Yidish por el alemán (siendo ciudadanos del Imperio austrohúngaro) y eventualmente por el húngaro después de la Primera Guerra Mundial. Desarrollaron un cambio estético en sinagoga, construyendo verdaderas joyas arquitectónicas y de enormes dimensiones. Ubicaron la bima adelante, como en las iglesias, y la jupa la montaron bajo techo. Mantienen el uso de la kipa, la liturgia tradicional (aunque alternando Hebreo y vernáculo, así como hacemos en Bogotá), el bar-mitzvah (en oposición a la Confirmación, como la que Teodoro Herzl tuvo que celebrar en la privacidad de su casa porque en la gran sinagoga Neolog de la calle Dohany no le aceptaron semejante despropósito). Abolieron la mejitza, incluyeron coros mixtos y el uso del órgano, si bien tocado por un músico gentil.
Como dato curioso, recientemente me enteré que mis bisabuelos maternos estaban afiliados a una comunidad Neolog en Munkacs (Transcarpatia). El dato no me cuadraba inicialmente, porque si bien eran ricos burgueses de provincia, eran moderadamente religiosos y sionistas. Resulta que como Munkacs era sede de una gran dinastía hasídica, el gobierno húngaro no permitía que existieran dos comunidades de una misma “facción”. Así fue como una comunidad básicamente ortodoxa optó por autodenominarse Neolog y conseguir así su personería jurídica.
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