Mascotas II. En la Guerra
Por Martín Cruz Vega
Firmante de Paz del del Acuerdo de La Habana, Cuba 24 de noviembre de 2016.
He escrito siete libros sobre memoria histórica, Diario de la Guerra y la paz, 2017, El Último Fusil, 2018, De las trochas a la paz, 2019, Mascotas en el Conflicto Armado, 2020, Amores Bajo Fuego, 2022, Otras Verdades de la Guerra, 2023 y Mascotas II en la Guerra, 2024.
Gracias vida por permitirme vivir para contarla.
Los animales nos brindan una amistad incondicional, sincera y transparente, no existen trampas ni engaños, es un amor puro y natural. Ellos y ellas nos enternecen, nos sensibilizan, nos hace mas humanos. Fueron y son nuestros amigos, compañeros y parte de la familia. Cuando moría algún animalito de estos en la otrora insurgencia, era perder un integrante de nuestra comunidad en la montaña. Fueron nuestro bálsamo en los momentos de apremio militar y felicidad en los momentos de sosiego y alegrías. Nuestras mascotas siempre fueron seres maravillosos, existía una conexión inimaginable, que nos permitía entendernos mutuamente en la vorágine de la guerra.
Escribir sobre estos maravillosos animalitos, nos humanizan, nos enternecen, nos acercan a la defensa de la naturaleza y su biodiversidad. Es sentir y tener una amistad transparente e incondicional, sin trampas, sin pretender hacernos daño… solo si se les agrede, en un acto natural instintivo, valido y en defensa propia. Nuestros animales murieron en la vorágine del odio entre los humanos, tampoco, ellos y ellas, lo entendieron. Nunca se enteraron que estaban en un escenario de muerte, pero lo vivieron.
Escribir estas vivencias de nuestros animales de compañía en la guerra, resulta muy interesante, vivieron en medio de las acciones bélicas, sin saber que estaban este escenario de muerte. Tampoco supieron que así se mataban entre humanos, ni porque era las guerras. Sin embargo, aprendieron a ocultarse de los aviones, porque veían a sus compañeros humanos hacerlo…y cuando los motores de estas máquinas de muerte, sonaban en los aires, ellos, se ocultaban bajo las hojas de los árboles y su compañero de caleta, la raíz de un inmenso arbusto.
En varios bloques y frentes no se permitía tener, como se dice coloquialmente, animales de mascotas, porque era indisciplinas que nos colocaban en evidencia ante el enemigo, por ejemplo: La retahíla de un loro en la selva, el ladrido de un perro, el cántico de un gallo en lo alto de una montaña, entre otros animales. Por estos argumentados eventos no se permitían animales en los campamentos, pero la lógica del amor por los animales rompía las reglas y muchas veces, eran los mismos comandantes superiores que los tenían.
Mascotas II en la Guerra, son relatos construidos con los protagonistas que fuimos compañeros y amigos de estos animales peludos y emplumados. Es otras verdades arrancadas de la memoria de ex combatientes hombres y mujeres por muchos años. Estas historias colectivas, ¡No es ficción, solo realidades!, Como termina el maravilloso libro de historias humanas, Laura Barón Mendoza, “Ni Nobles, Ni Villanos. Abogada Colombiana con Maestría en Derecho International Humanitario de Geneva Academy y candidata a doctora de la Universidad de McGill. Ha trabajado en organizaciones internationales, gubernamentales en Colombia y organizaciones de cooperación internacional con énfasis en la implementación del Acuerdo de Paz de 2016. Desde 2017, lidera el proyecto Abibe enfocado al acompañamiento y mejoramiento de las condiciones de vida de personas en proceso de reincoporación en Colombia.
Por eso, la decisión de Iván Márquez, de prohibir animales de compañía en el bloque noroccidental fue efímera e insulsa porque históricamente, la sociedad ha convivido con estos animales, es más, siempre han sido compañeros mutuamente en sus alegrías y tristezas. Y en nuestra otrora insurgencia, jamás, pero jamás, fuimos la excepción.
Siempre nos relacionamos familiarmente con los animales de compañía. No se sabe quién ha sido mejor amigo (a) y/o compañero, me atrevo a decir que han sido los animales, los mejores amigos. Los humanos creemos que somos los más inteligentes, somo iguales, solo que diferentes.
Nos comunicamos de distinta manera, y eso no nos hace superiores. Ambos sujetos de derecho. Obviamente los humanos, tenemos más deberes y ellos, más derechos.
Muchos quienes tienen animales de compañía, los maltratan, a veces, no les tienen su ración de comida establecida, les dan los sobrantes de la mesa y se los tiran al piso, —¿Quién es más irracional? ¿Cuál es mejor amigo (a), creo que el más amigo es nuestros animales
La sintiencia es la capacidad que tiene un ser vivo de sentir emociones, dolor, bienestar etc, y de percibir de manera subjetiva su entorno y sus experiencias vitales. La definición de sintiencia va más allá de la palabra 'sensibilidad', ya que, a la capacidad de sentir dolor, placer y emociones variadas, la sintiencia añade la capacidad de tener experiencias, tanto positivas como negativas, de acumular experiencias vividas y por lo tanto tener intereses. Un ser sintiente es un ser consciente al que le importa lo que le sucede
Prólogo (apartes)
Prólogo de Dorelia Katerine Zapata Vásquez, activista por los animales desde 2008 y Ex consejera de Paz por los Animales. Trabajadora Social de la UdeA, Magíster en Educación y DDHH, gracias regalarnos este maravilloso prólogo que colmó todas mis expectativas.
… Conocí a Martín a mediados de 2021, tuvimos un acercamiento inicial solo por chat, le dije que estaba interesada en su libro y me lo envió de Bogotá a Medellín. Estaba buscando información sobre los animales no humanos como víctimas del conflicto interno en Colombia, un conflicto armado, político y social de gran complejidad, historia y magnitud. Veía ese tema con interés desde que estaba haciendo mi pregrado en Trabajo Social en la Universidad de Antioquia, paradójicamente, me preocupaban los territorios que quedarían expuestos a la explotación de las multinacionales mineras y los megaproyectos luego de la firma del Acuerdo de Paz. Sin embargo, fui una defensora de este sueño colectivo y en el marco de la campaña por el sí en el “Plebiscito por la paz”, participé en varios encuentros animalistas en los que compartimos diferentes razones por las cuales debíamos apoyar este proceso. Lo que continuó, ya es historia.
Leí “Mascotas en el conflicto armado y otros relatos” apenas lo tuve en mis manos, fueron diversas emociones las que llegaron mientras pasaba cada página, reí, lloré, sentí curiosidad y compasión. Ese mismo año, Martín fue invitado a participar en la feria “Hecho en Paz” que estaba presente en la “Fiesta del libro y la cultura de Medellín”, fue allí donde pude conocerlo presencialmente, él siempre con sus afanosos viajes y libros bajo el brazo, con “su vicio”, como le llama al bello arte de la escritura. Es evidente la pasión con la que este autor escribe, pero es aún más evidente, la necesidad que siente por contar las historias no contadas del conflicto, por ello, le admiro y agradezco.
Como representante del movimiento animalista en el Consejo Distrital de Paz, Reconciliación y Convivencia de Medellín, entre 2019 y 2023, tuve el gran reto de visibilizar las afectaciones que la guerra propició en los animales y la naturaleza. Fue gracias a esta experiencia enriquecedora de participación ciudadana que pude compartir con Martín, en octubre de 2022, un escenario de conversación con otras dos personas, un magistrado auxiliar de la Corte Constitucional y una investigadora del capítulo “Sufrir la guerra y rehacer la vida” de la Comisión de la verdad. Este encuentro público, realizado en el marco de la “Semana por los animales” de Medellín, visibilizó argumentos para declarar a los no humanos “víctimas” de los diferentes actores involucrados en el conflicto.
Al día de hoy, principios de 2024, estoy convencida de que los animales pueden llegar a tener un papel fundamental en la construcción de la paz territorial, cada vez, hay más personas sensibles con sus necesidades y sufrimientos. Por esto es importante conocer los relatos de Mascotas I, y ahora, de Mascotas II en la guerra. Y aunque se continúa hablando de “mascotas” (término que para muchos defensores de los derechos de los animales es obsoleto), en esta nueva versión de relatos, sentí a Martín mucho más crítico en cuanto a la visión superior y arbitraria de los humanos sobre los animales, a esto se le llama “especismo”, una injusticia que puede equipararse con el racismo, el sexismo o el clasismo.
Sé que este no es un libro antiespecista, no pretendería que lo fuera, prefiero conocer la historia de quienes la vivieron, con sus contextos y lenguajes. Tampoco es una oda a la domesticación de fauna silvestre. Es un libro de relatos, de hechos en los que los animales estuvieron inmersos en una guerra larga y sin sentido, por lo menos para ellos. Por lo anterior, intenté meterme lo menos posible en la corrección de estilo que Martín, muy generosamente, me invitó a hacer de este libro, no quería que se perdiera su esencia, su escritura fresca, natural y cercana. Para las personas que crecimos en las ciudades, es lejano imaginarnos la vida en la selva, en medio de un conflicto, no obstante, estas letras me atraparon.
Me divertí leyendo “Mascotas II”, caí en momentos de infinita ternura. Me encantaron las descripciones de los lugares y los sucesos, me sentí en la selva, los ríos y montañas que cruzaron. También lloré sintiendo las tristezas y alegrías que los animales hicieron sentir a los firmantes de paz, protagonistas de estas historias. Martín, me hizo retroceder en el tiempo, pensar en lo que estaba viviendo en los años que sucedieron los hechos. Me gustó la estructura que le dio a cada relato, fue importante para mí, que tuviera en cuenta la aparición y desaparición de cada animal. Aprendí muchísimo leyendo esta nueva versión de un libro que pone como valiosas otras vidas con las que compartimos nuestra existencia, que recupera sus memorias.
Les invito a leer este libro con apertura, a descubrir seres humanos sensible soñadores que firmaron la Paz, ellos y ellas sólo querían tener alguien a quien amar y cuidar, con quien compartir en medio de las adversidades, una familia multiespecie. Si tienes un animal de compañía, te invito en este momento a agradecerle, a recordarle lo mucho que lo quieres y respetas, a pensar en lo afortunados que son de tenerse el uno al otro. Por ahora, les dejo con Pegaso, Mecato, Pirry, Luna, Beto, Rita, Nico, Sandro, entre otros, y le agradezco a Martín por esta bella oportunidad.
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