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Por Marlene manevich

Trabajar y Jugar La vida es un juego. Eso dice mi profesor-director de teatro. Dice que actuar es un juego y que para desempeñar un buen rol hay que jugar y así el cuerpo (guf) habla. También lo dice Cortázar. La vida es un juego sin barajas, pero con muchas apuestas. Por circunstancias de la vida me tocó trabajar a la edad en que la mayoría de la gente se retira. Es trabajo y es juego. Como les he contado en otras crómicas, el señor a quien acompaño, me enseñó a jugar cartas. Dicen por ahí que en la mesa (shuljan) y en el juego se conoce al caballero. Es un verdadero gentleman. Siempre me deja pasar primero, como buen francés que es y cuando me voy, desde la puerta (delet) me despide y no cierra hasta que me subo al ascensor (maalit). Nació en Marruecos, pero vivió muchos años en Francia y ya conocemos la galantería de los franceses. Aprendió a jugar cartas de joven (tzair) y puedo decir que es un as jugando. Me enseñó a mí y aunque parezca increíble, a veces le gano. Como ven, parte de mi trabajo es jugar. A veces quiere que le ayude con algunas labores domésticas, que no me corresponden, pero a veces (lifamim) me da pesar no ayudarle, pues a su edad hay cosas que no puede hacer y termino ayudándole. El lava su ropa solo (levad) y me pide que le ayude a colgarla para que se seque. Es más una compañía, porque el tiene su estilo propio de colgarla y piensa que yo no sé cómo hacerlo, así que termina él haciéndolo y clasificando cada prenda a su antojo y yo mirando. Con la señora que cuido otros días, también juego. Se llama Clara y su nombre significa transparente, brillante y así es ella. Va diciendo las cosas naturalmente, algunas veces sin filtro. Casi todos le dicen cariñosamente Kuki. Caminamos un rato, nos sentamos, cual jubiladas a conversar un rato en una banca del parque; a veces me cuenta algunas historias, que yo escucho como si fuera la primera vez y me pregunta cosas sobre mi vida. Después hacemos gimnasia en la silla que está tan de moda y digo hacemos, porque ella me pone a hacer a mí también y me gusta, porque a mí también me sirve. Después hacemos juegos de memoria para recordar y mantener vivos los recuerdos. Le pongo karaoke y recuerda con nostalgia las letras de canciones que escuchaba en su época y tararea; la pongo a decir cosas con diferentes letras, como cuando jugábamos ensalada rusa en nuestra etapa escolar; lotería, de la Habana viene un barco cargado de…. etc. Me ha tocado recurrir a esos recuerdos lúdicos para reforzarle la memoria y que se mantenga activa. Ayer le pedí que me ayudara a practicar mi rol en el teatro y ella gustosa leyó la contraparte de lo que yo tenía que decir. Estaba encantada de ayudarme y además lo hizo muy bien y era para ella un buen ejercicio. Kuki es una maravilla de persona oriunda de Argentina, pero ya lleva viviendo aquí varios años con parte de su familia. Me he encariñado mucho con mis dos viejitos y siento que mi trabajo es una diversión. Mi tercer trabajo es con unas niñas, de 1 año y 3 años. Mis hijos se llevan una diferencia de 4 años, pensando que iba a ser más fácil la crianza. Y lo fue. A pesar de ser de distinto sexo y por la diferencia de edades, fueron hermanos-amigos y lo son hasta el día de hoy. Eso fue cuando yo decidí como quería construir mi vida. Ahora en los albores de la tercera edad o edad dorada, me ha tocado trabajar, pues si paso mi pensión, que me pagan en pesos a una moneda fuerte como el shekel, no es un buen cambio. Me ayuda, claro que si, pero yo también debo ayudar para no comerme el capital. Así que el trabajo que mejor puedo desempeñar a esta edad es el de metapelet (cuidadora) además que lo pagan muy bien y todavía estoy vigente; no como sucede en Colombia, que a los 40 ya uno está fuera de mercado para trabajar. Allá se puede ser independiente y hacer proyectos, pero no conseguir un trabajo digno. Así fue, como habiéndome graduado de abuela, y también en literatura, ahora me veo tirada en el piso, persiguiendo a una bebé que gatea, para que no se coma el alimento del gato (jatul). Crié a mis hijos joven pensando en que tuviera el ánimo y la energía para sentarme en el piso y hacer travesuras con ellos. Este trabajo me rejuvenece y me llena de energía y de alegría saber que me puedo parar fácilmente después de jugar 2 horas con esta chiquita que me sonríe y me hace payasadas. Lo más lindo es que las mamás les hablan en inglés (anglit), pues son oriundas de Canadá y Estados Unidos y la chiquita ya me entiende también en español. A la más grandecita le tengo que entender su media lengua en inglés. Mi trabajo, además de recogerlas en el colegio y darles de comer, consiste en entretenerlas. Me he vuelto una recreadora profesional. Las baño en la piscina que les conté. La de 3 años me echa agua (maim) hasta que termino igual de mojada que ellas, pero sin vestido de baño. He vuelto a esas épocas de armar rompecabezas y practicar todo tipo de juegos infantiles. Como pueden ver no es un trabajo tan duro, pero termino como si hubiera jugado un partido de fútbol. Ahora veo que la vida es un juego. Con los niños se juega para avanzar y los mayores que están en otra etapa de sus vidas, siguen jugando en sus momentos de placer. Yo juego tu juegas ellos juegan, es el juego de la vida. Lesajek (jugar). Nos demoramos toda una vida aprendiendo que es seria para terminar jugando y poder disfrutarla.

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