El año 2020 y sus pandemias congénitas
Por Martín Cruz vega
Languidece un nuevo año, las sumas y las restas abundan por doquier, a los balances positivos les rezan y agradecen a la pandemia y los negativos le echan todas culpas y maldiciones de la debacle. Aunque la pandemia más letal y feroz es el capitalismo, la economía de mercado. Donde solo sobrevive lo rentable, lo demás sucumbe ante los mercaderes de la muerte. Este modelo económico jamás ha resuelto las necesidades medulares de la sociedad y en cambio sí, ha traído todas las desgracias para la humanidad y la naturaleza, se ensañaron contra la raza humana y han llevado al planeta y al ecosistema a extremos catastróficos, y nos llevan a todos y todas como ovejas al redil en la incertidumbre y la desesperanza.
nosotros no firmamos la paz; ni dejamos las armas para morir asesinados. Nadie lo hace. Lo hicimos para construir la paz para vivir y morir de viejos, imploro para que nos respeten la vida.
Se alinearon toda las plagas iniciando por el covid-19, causando graves problemas sanitarios sobre todo a la población vulnerable que somos la mayoría. Nos llegó la peste del coronavirus y afloraron todos los problemas sociales, una larga cuarentena en abril obligatoria donde los sectores sociales inmersos en la pobreza vivieron y viven sus peores días de hambre y miseria. El gobierno nos confinó sin resolvernos un mínimo básico vital y el pueblo se cansó implorando una Renta Básica. Los dueños del país se guarecieron en sus mansiones y en sus servicios médicos particulares.
El presidente se revistió de superpoderes, con su Estado de Excepción y de Emergencia con este mandato hizo decretos a su antojo y favoreciendo al gran capital criollo y extranjero, sin ningún control político, porque en pleno siglo XXI no se quiso utilizar la virtualidad para que sesionara el congreso de la republica; mientras todas las empresas pequeñas y grandes utilizaron el teletrabajo y para rematar con el descaro dicen, ¡no hay plata para esto!, mientras le entregan el dinero a los bancos y limosnas para la población asalariada y habitantes de calle.
Otra plaga que se evidenció fue el viacrucis de los prisioneros sin garantías sanitarias y masacraron a 23 prisioneros y heridos a más de 70, el pasado 21 de marzo. La pandemia sistemática criminal contra los líderes y lideresas sociales, defensores de los Derechos Humanos y firmantes del Acuerdo de Paz, que ascienden a la espantosa cifra de 250 asesinatos, sin contar familiares y desaparecidos y es acá donde quiero levantar mi voz como reincorporado, nosotros no firmamos la paz; ni dejamos las armas para morir asesinados. Nadie lo hace. Lo hicimos para construir la paz para vivir y morir de viejos, imploro para que nos respeten la vida. Las masacres volvieron a la cotidianidad del oscuro pasado de la guerra sucia con un paramilitarismo activo en completa dinámica sicarial. Esta es una pandemia existente por falta de garantías de seguridad integrales, cuya responsabilidad recae en la ineptitud y la insensibilidad del gobierno de Iván Duque y sus mentores en el poder.
Por otro lado las plagas del año 2020 no terminaron acá, los enemigos de la paz, mientras caen las víctimas de la pandemia, ¿Quién sabe provocada por quien y para qué?. Piden acabar con la Jurisdicción Especial para la Paz, el gobierno del Centro Democrático auspicia la invasión al hermano pueblo de Venezuela. Otras plagas son investigadas y opacadas por el covid-19, la “ñeñepolítica”, que supuestamente favoreció la campaña de Iván Duque, con la compra de votos, el escándalo de los laboratorios para el procesamiento de cocaína en las goteras de Bogotá; todo esto pasó a la sombra de la infección global, los voceros del gobierno y el mismo presidente, pretendió anestesiarnos con la grave enfermedad que hoy tiene de rodillas al mundo entero, con la más grande crisis económica y de salud pública;jamás vista, mientras Colombia se hunde en los problemas característicos de nuestro país desgobernado.
En medio de la pandemia que aún persiste el gobierno del Centro Democrático, no fue capaz de otorgarnos una Renta Básica, pero compró equipos militares costosísimos y hasta un lujoso helicóptero para su servicio de huésped de la Casa de Nariño. La corrupción y el robo es otra pandemia de todo los tiempos y ha sido aprovechada en esta crisis sanitaria. Altos funcionarios son objeto de procesos por este delito.
Siguiendo esta secuencia pandémica nos encontramos con los atropellos, desmanes y asesinatos de la Fuerza Pública, soldados ubicados en retenes militares dispararon contra civiles que no acataron sus órdenes de detenerse, los asesinatos del ESMAD contra manifestantes ocurridos en Bogotá, los cuales provocaron la indignación de los protestantes, causando el destrozo de decenas de Centros de Atención Inmediata (CAI). Un ministro de la guerra incapaz y pandémico favorecido por los partidos políticos quienes detentan el poder, lo sostiene mientras muestra sus apetitos electorales. Asimismo el 4 de agosto fue detenido el expresidente Álvaro Uribe Vélez quien fuera presidente de Colombia del año (2002-2010, bajo la sindicación de presunto soborno de testigos.
La pandemia resultó benéfica para los resortes del poder, el presidente no escuchó la nación, impuso su insulso realty show, sin escuchar a un pueblo que clama por soluciones básicas. Al fin impuso la apertura económica y con ello las ‘aglomeraciones’, manteniéndose el contagio, hospitalizados y muertos. La naturaleza también nos dio sus lecciones fatales por nuestros abusos contra ella, los desaforados esfuerzos por la explotación de sus recursos naturales y la permisividad del gobierno en esta políticas contra la madre naturaleza.
A todos estos clamores sociales de las más diversas causas, la protesta social continúa en las calles como un legítimo derecho universal, mientras el Estado se apertrecha para aplastar la lucha social. El nuevo año es preelectoral la agudización de las necesidades del pueblo crecerán, la maquinaria electoral viciada y clientelista se apresta a otra de sus faenas de corrupción para impedirle el camino a las opciones alternativas por la vida y por la paz. El nuevo año será de luchas sociales por la implementación integral del Acuerdo de Paz. En Colombia tenemos que lograr la unidad de un pacto nacional por la reconciliación y la convivencia de la familia colombiana.
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