De generación en generación
Por Barbara Pruski
En hebreo el término LE DOR VA DOR, significa la transmisión de generación en generación.
Le dor va dor, significa transmitir valores, transmitir la historia del pueblo a través de cada una de las leyendas que nos contaron nuestros abuelos
Que significa esto para el pueblo judío? Que es lo que debemos transmitir para que las nuevas generaciones no olviden?
Si esta pregunta hubiera sido realizada hace tres años atrás la respuesta hubiera sido, las tradiciones de las fiestas, el genocidio de seis millones de judíos en la segunda guerra mundial; los campos de concentración, las costumbres; los símbolos de nuestra religión; la tradición del casamiento judío; el romper la copa para no olvidar la destrucción del segundo templo de Jerusalém, etc, etc.
Pero si hoy nos preguntamos que es lo que debemos transmitir a las nuevas generaciones la respuesta va a ser otra.
Hoy tenemos la obligación de NO OLVIDAR la masacre del 7 de octubre del 2023, el festival de NOVA, los secuestrados que todavía siguen en Gaza; la guerra con el Líbano; los desplazados de los kibutzim del sur y los de las ciudades del norte, el intercambio de rehenes en noviembre 2023 y toda esta locura que estamos viviendo hace más de un año.
Hoy cambio nuestro paradigma. Hoy cambio nuestra respuesta.
Pero que es lo que realmente transmitimos de generación en generación; son sólo costumbres, son los símbolos del judaísmo o hay algo mas?
Lo que transmitimos a través de cada relato, de cada experiencia, son nuestras raíces, nuestra esencia… Transmitimos la historia, la ética y la moral del pueblo judío. Transmitimos la sabiduría, las reflexiones y los mandatos de nuestros antecesores.
Porque tenemos mitzvot ( los mandamientos de la ley rabínica judía) que debemos cumplir y eso nos enaltece como personas y nos hace mejores seres humanos.
Le dor va dor, significa transmitir valores, transmitir la historia del pueblo a través de cada una de las leyendas que nos contaron nuestros abuelos y que hoy pesa en nuestras cabezas la obligación de contarlas a nuestros hijos y nietos.
Sin esas costumbres no somos nada; sin esos valores y esas tradiciones no seríamos el pueblo judío. Sin toda esa sabiduría y toda esa tradición perderíamos nuestras raíces.
Hay que cosas que no se transmiten a través de libros, ni de escrituras. Hay vivencias que hay que experimentarlas. El concurrir al templo en Iom Kipur, el ayuno, el escuchar el shofar, la cena de pesaj, la fiesta de simjah tora y el baile en el templo.
Cada una de nuestras tradiciones hace a nuestro espíritu, nos define como judíos y como seres humanos y eso hace a nuestra esencia.
Hoy tenemos una nueva obligación, hoy como judíos tenemos prohibido olvidar el 7 de octubre 2023 y tenemos la obligación de transmitir a las nuevas generaciones lo sucedido.
Porque si no contamos nuestras vivencias, sino respetamos nuestras tradiciones, estamos condenados a repetir la historia.
AM ISRAEL JAI.
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